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Aniversario de San Ignacio de Loyola: Celebrando el legado del Peregrino de Dios

En el aniversario del nacimiento de San Ignacio de Loyola (1491–1556), celebramos no solo la vida de un hombre marcado por su transformación interior, sino también el comienzo de una revolución espiritual que sigue inspirando al mundo. Ignacio —originalmente Iñigo López de Loyola— fue herido en defensa del castillo de Pamplona. Esa herida no solo lo dejó cojeando, sino que lo llevó a un largo reposo, en el que vivió una profunda conversión. Este giro fue el punto de partida para su nueva vida como peregrino movido por una devoción inextinguible a Jesucristo.

Recorrió Europa y partió hacia Tierra Santa, adoptando el nombre de Ignacio, aunque en su autobiografía prefería llamarse «el peregrino». Su travesía fue más que física: desde los valles del País Vasco a las planicies de Castilla, y desde la corte real a una vida de oración y penitencia, cubrió también una enorme distancia histórica y espiritual.

Ignacio dejó atrás su ambición cortesana para abrazar una vida dedicada al servicio de Dios. Tras la herida que marcó su cuerpo, sus valores se transformaron: del deseo de gloria personal a una misión profunda de hablar sobre Dios y servir a los demás. En Montserrat y Manresa comenzó su formación interior, que culminaría en París, donde reunió a sus compañeros —entre ellos Francisco Javier— con quienes fundaría la Compañía de Jesús.

Aunque sus planes de permanecer en Tierra Santa se frustraron, encontró en Roma el lugar donde Dios le revelaría su verdadera misión. Allí pasó sus últimos 18 años, no como embajador de reyes, sino como servidor incansable de Cristo. Desde unas sencillas habitaciones, guió espiritualmente a muchos, fundó una orden que se extendería por el mundo y escribió las Constituciones que aún rigen a los jesuitas.

La imagen más conocida de San Ignacio es la del legislador que señala firmemente su visión espiritual. Pero en su corazón, seguía viendo al mundo con los ojos del peregrino —el buscador de Dios que dio forma a uno de los movimientos más influyentes en la historia de la Iglesia—.

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