«Vamos a sembrar café, pero no cualquier café, porque es amarillo», es lo que nos dio a conocer Paul Bruckner, emprendedor cafetalero y pionero en tener esta especie en Bolivia, concretamente en el municipio de la Magdalena, en el departamento del Beni. Este beniano es también un conocedor de los experimentos con otras especies, contando con resultado muy favorable en muchas de ellas.
El propósito de Bruckner es socializar la producción de este «café amarillo» con los indígenas y campesinos de Itúnez, su provincia. Este emprendedor quiere que las familias itonamas incursionen en la actividad cafetalera y gestionen sus propias parcelas, pues considera que es una actividad muy rentable económicamente y además, amigable con el medioambiente, teniendo en cuenta la situación actual de crisis climática.
Esta iniciativa ha llegado a los oídos del doctor Carlos Hugo Molina, director del Centro para la Participación y Desarrollo CEPAD, quien llegará hasta Magdalena para dar a conocer sus conocimientos sobre el mundo del café y asesorar a los interesados. También aprovechará su visita para presentar su último libro “Un Cafetal al tamaño de Bolivia”.
El cultivo en la provincia de Iténez, en el Beni
La provincia Iténez está situada en el departamento de Beni y cuenta con tres municipios en los que su principal economía es la ganadería y la agricultura de subsistencia. También cuenta con la reserva del Iténez y con numerosos campos aptos para la ganadería. En este sentido, Bruckner quiere que el café sea una potencia más en la provincia, pues confía en que las tierras son propias para la siembra.
Conoce los detalles del «café amarillo» en esta nota de Nils Vásquez: