De acuerdo a los organismos internacionales y expertos, son los pueblos indígenas los que tienen el mayor componente de protección de los bosques en el mundo. En esa línea, se enfatiza que dotar tecnología a estos territorios podrá ayudarles a reducir la deforestación.
Un reciente estudio realizado por expertos e investigadores de la Universidad de Nueva York y de la Universidad Johns Hopkins determinó que cuando las comunidades indígenas disponen de equipos como teléfonos inteligentes con aplicaciones que detecten cambios en la cobertura vegetal pueden reducir, por ejemplo, en un año hasta el 22% de la deforestación a nivel global.
Por ello, este documento difundido hoy por la revista de Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) establece que es necesario proveer y capacitar a los pueblos indígenas de la Amazonía con tecnología satelital, GPS, aplicaciones, drones y alertas tempranas de deforestación, para que el trabajo de lucha contra la deforestación en esa región sea más eficiente.
“Es básicamente un programa que puede fusionarse con la estructura de gobierno y las tradiciones comunitarias existentes; las decisiones las toma la comunidad, lo que significa empoderarla y darle opciones adicionales para autogobernarse”, dijo a SciDev.Net Jacob Kopas, investigador independiente y autor del trabajo publicado en Proceeding of the National Academy of Sciences.
Para la elaboración de este estudio se trabajó con 76 comunidades de la Amazonía peruana y 36 de ellas realizaron monitoreo activo, previa capacitación en lectura de fotos satelitales y empleo de la plataforma de monitoreo Geobosques.
Tras la capacitación y puesta en marcha del proyecto, en el primer año se logró una caída de la deforestación en esa región del 52% y de un 21% más el segundo ejercicio, “comparado con aquellas comunidades que no tuvieron esta estrategia”, detalla el portal El Confidencial.
A medida que llegaban las alertas, realizaban patrullajes a pie empleando aplicaciones de mapeo de teléfonos inteligentes para verificar la información sobre el terreno. “Cuando confirmaban la tala de árboles, lo informaban a los líderes comunitarios, quienes convocaban asambleas a fin de decidir colectivamente qué medidas tomar”, expresa el estudio.
En el caso de Bolivia, ya en diciembre de 2020 se conoció que integrantes de los pueblos del Territorio Indígena Multiétnico (TIM 1) y Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI) del departamento del Beni, se capacitaron y desarrollaron el manejo de aplicaciones para dispositivos móviles, con el fin de realizar el monitoreo socioambiental de sus regiones.
Este trabajo permitirá a sus organizaciones realizar de mejor forma su gestión territorial en el marco de sus derechos. La capacitación se realizó como parte de las acciones que encamina el Centro de Planificación Territorial Autonómica (CPTA), dependiente del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis).
En este proceso se transfirieron capacidades técnicas a habitantes de los territorios indígenas, para que de esta forma puedan recoger la información, procesarla, sistematizarla y la usen para tomar decisiones oportunas frente a las actividades extractivas y de desarrollo de gran impacto que se ejecutan y que se pretende profundizar desde el Estado.
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