El suelo es un recurso natural no renovable y que necesita cientos de años para que se forme de nuevo. Son una parte fundamental del equilibrio de los ecosistemas, pues, entre otras cosas, protegen las agua subterráneas y superficiales contra sustancias nocivas y transforma compuestos orgánicos descomponiéndolos y haciendo que se mineralicen. Sin embargo, una buena formación del suelo requiere que haya muchas formas de vida en él, algo que actualmente está muy amenazado especialmente a causa de la contaminación.
La contaminación del suelo pone en peligro la vida bajo la tierra y como declara el lema de la ONU este año: «el suelo es la base de nuestros alimentos», la base de nuestra existencia. El hecho de interrumpir el proceso de formación del suelo y contaminarlo hasta su destrucción podría poner en peligro gran parte de los ecosistemas tal y como los conocemos.
¿Qué provoca el deterioro del suelo?
La gran parte de los contaminantes del suelo provienen de la acción humana, las actividades agrícolas insostenibles, la industria o deshechos humanos que no están bien tratados.
Especialmente, los metales pesados que son absorbidos por las plantas ya en los suelos, puede ser un riesgo significativo para la salud.
Otro de las acciones que generan gran contaminación del suelo es el mercurio, utilizado especialmente en las actividades mineras, algo que según informó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 2018, podría afectar gravemente la situación de los ecosistemas y de los seres humanos.
Según la FAO, y recogido en un informe de estrategia nacional, en Bolivia, hasta un 35% de los suelos agrícolas de Bolivia se encuentran degradados, y más del 60 % de la población boliviana vive y produce en ese entorno de degradación lo cual muestra la gran vulnerabilidad de la población boliviana a la inseguridad alimentaria si el proceso de degradación continúa.
La salud del suelo es primordial para nuestra alimentación y para que podamos vivir de una manera equilibrada en la naturaleza.
El origen del día internacional
El Día Mundial del Suelo se celebra anualmente cada 5 de diciembre desde 2014, año en el que la ONU designó esta fecha a propuesta de la FAO un año atrás. Se decidió el 5 de diciembre porque coincidía con el cumpleaños del Rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, monarca fallecido en 2016 y uno de los grandes promotores de esta idea.
Pero sus orígenes se remontan a 2002 gracias al impulso de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS), la cual propuso este evento en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo, un foro colaborativo surgido ante la necesidad de compartir experiencias sostenibles para recuperar un suelo que pensábamos era un recurso infinito. (ONU)
Por: L. Aragón