Carla Ordoñez Segovia/ Gran Chaco
Entre flores y sembradíos de frutas, doña Rosa Alfaro nos guía a su huerto, en la comunidad de Campo Largo en el municipio de Caraparí, donde llegamos luego de cruzar la serranía del Aguaragüe, el emprendimiento familiar que desarrollan consiste en la producción para consumo, la venta de platines florales y de hortalizas. “Sacamos plantines de cebolla, lechuga, lo vendemos por arroba, nos hacen pedidos y entregamos en Yacuiba”.
Desde hace seis años trabaja con su familia en los cultivos, este año instalaron un vivero con apoyo del Gobierno Regional de Caraparí, con el pretenden ampliar la producción. Doña Rosa es fundadora de la APG Zona Caraparí, continuó con las actividades agrícolas que le enseñaron sus padres. “Fundamos la APG con 25 personas, me gustaba salir a reuniones y buscar recursos”, comentó. A un costado del huerto se pueden apreciar girasoles que sobresalen del sembradío.
Las comunidades guaraníes persisten en la agricultura con prácticas sustentables, si bien muchas de ellas están apostadas en territorios golpeados por la sequía, redoblan esfuerzos para cultivar y sostener a sus familias. El acceso el agua es un problema recurrente en el Chaco, en ese sentido, instituciones locales y oneges brindan apoyo técnico.
En el caso de la APG de Caraparí cuenta con un programa exclusivo que se ejecuta desde el Gobierno Regional que brinda atención a todas las capitanías guaraníes de ese municipio. En diálogo con Silvia Flores, responsable de la Dirección del Pueblo Indígena de Caraparí, afirmó que la APG está compuesta por 21 comunidades, los recursos se destinan a programas agropecuarios y un cultural, que consiste en el Arete Guasu (fiesta grande guaraní.). “Son cinco áreas, la primera es la agrícola se colabora con invernaderos para la producción de hortalizas, otra áreas es la de ganado menor con la dotación de cerdos y ovejas de pelo, otro rubro que tenemos son las aves de traspatio, apicultura y piscicultura”, detalló. La funcionaria precisó que el monto presupuestario es de 1.400.000, valga aclarar que de ese monto también se destinan para gastos operativos de la dirección.
Apoyo de ONGs
Ricardo Paita Díaz responsable Regional (Yacuiba y Caraparí) del Cerdet (Centro de Estudios Regionales de Tarija) refirió al apoyo a las comunidades perteneciente a la APG (Asamblea del Pueblo Guaraní) en el área productiva, que se incrementó post pandemia. “La APG tiene 24 comunidades, desde la recesión por la pandemia tenemos un fuerte apoyo a lo productivo para garantizar la seguridad alimentaria y comercializar los excedentes”, aseguró.
Ojo del Agua, Pananty, Sanandita, Koema Guasu, Yeroviarenda, Tentamí, Sunchal, Lapachal Bajo, San Francisco del Inti, Caiza, Campo Grande, Laguna Seca, Pozo del Anta, Yaguacua, Timboy Tiguasu, San Francisco del Inti y El Palmar son algunas de las poblaciones donde el Cerdet ejecuta proyectos a lo largo de los años. “Realizamos un trabajo paralelo el de acceso a tierras y de medios para que ellos puedan producir”, indicó Paita.
El modelo de desarrollo que aplican es el productivo de escala familiar basado en la cosecha de agua, el líquido es almacenado en tanques flexibles o cisternas de placa y luego una distribución con riego tecnificado, que puede ser por aspersión o goteo. “Se tuvo éxito, otras comunidades no tenían agua y nosotros teníamos la posibilidad de cubrir los cultivos hasta la cosecha”.
Consultado sobre las previsiones para la región en la relación al cambio climático y afectación a la producción, asegura que se deberá optar por infraestructuras que permitan que el agua no se evapore, considerando el aumento de las temperaturas, lo que demandará mayores recursos en la inversión de proyectos. Por otro lado, prevén acciones de incidencia de modelos productivos con los gobiernos locales. “Se puede producir en el Chaco, pero mediante innovaciones y estrategias”.
Paita pondera el trabajo colectivo de hombres y mujeres guaraníes, en contraste al desconocimiento que muchas personas tienen acerca de su cultura, usos y costumbres. “Hay un mito respecto a los guaraníes, hemos hecho incidencia sobre la capacidad que tienen para enfrentar los procesos productivos”.
Entre las experiencias productivas del municipio de Yacuiba, cuenta sobre los policultivos en Laguna Seca y Timboy Tiguasu, con una siembra diversa hicieron una “ensalada” en una misma superficie. “Con ayuda del Gobierno Regional del Gran Chaco aplicamos en la misma área diferentes cultivos, una fila de cebolla, otra de tomate, de lechuga, lo que permitió bajar un 90% la incidencia de plagas y enfermedades, sin utilizar agroquímicos”.
Joaquín Díaz de la Quintana, responsable de Desarrollo Territorial de Fundación ACLO (Acción Cultural Loyola) Regional Chaco indicó que llevan adelante proyectos de conservación de áreas protegidas, en este caso el Parque Nacional Aguaragüe, abordan las normativas ambientales con las comunidades guaraníes y de protección a la reserva natural. “Es importante la conservación para el desarrollo productivo y la sostenibilidad económica, trabajamos en la zona de amortiguamiento de la reserva”.
Otro proyecto que ejecutan en Villa Montes es el de sistemas agroforestales con la recuperación de saberes ancestrales, las comunidades de Tarairí, Chimeo, Puesto García y Tigüipa Estación reciben capacitación para una producción sostenible. “Lo interesante es saber que la naturaleza va recuperando lo que destruimos con la agricultura convencional. En los huertos se produce con una combinación de plantas, herbáceas, aromáticas, frutales, hortalizas en un espacio de terreno, que lo hagamos lo más parecido a un jardín del Edén” explicó Díaz.
El tipo de agricultura sostenible conlleva tiempo y esfuerzo para una implementación adecuada. El factor agua, es clave para los cultivos, considerando las características de la región chaqueña y la problemática de sequía, recurren a la habilitación de sistemas de riego. “La agricultura ecológica es la principal medida de adaptación al cambio climático, porque usamos los recursos que nos brinda la naturaleza y aplicamos técnicas como la cosecha de agua”. El profesional hace énfasis en los saberes ancestrales y la combinación de conocimientos técnicos, que se fusionan para optimar la producción. “Los guaraníes tienen potencial para realizar investigación en cuanto a los tipo de maíz que producen y nosotros fomentamos esas prácticas”.
Otra institución presente en el Chaco que acompaña emprendimientos productivos de las familias guaraníes es Nativa (Naturaleza, Tierra y Vida), Regis Viveros técnico de la fundación comentó sobre los proyectos en los municipios de Yacuiba y Villa Montes. “En Tahiguaty, Chimeo, Inti en Yacuiba, trabajamos para el acceso sostenible al agua”. Con la implementación de tanques de geomembranas luego proceden a conectar los reservorios a los huertos de hortalizas y cítricos mediante riego a goteo. “Han logrado aumentar la disponibilidad de alimentos y el excedente sacan a los mercados más cercanos”.
Viveros destaca la alimentación saludable como resultado de la agricultura ecológica, gran parte del año disponen de los productos de sus cosechas y no tienen que salir de sus territorios a buscarlos. “El pueblo guaraní tiene una dieta casi vegetariana, por el consumo de maíz, zapallo y otros, sus alimentos son saludables, ojalá más comunidades tomen su ejemplo”. En relación a la economía, el fortalecer la actividad agrícola ayuda a disminuir la migración, en ocasiones algún miembro de la familia abandona su comunidad en busca de recursos económicos. “Los cultivos son de gran importancia, ayudan a que las familias sigan unidas y se mantengan en sus territorios con su cultura y conocimientos”.
Para la comercialización, capacitan a los productores en el acceso a tecnologías, con centros de computación en comunidades a través del proyecto NANUM Mujeres Conectadas.
Huertos comunales
En el municipio de Yacuiba, nos trasladamos a Laguna Seca, los paisajes rebosaban de verdes tras las últimas lluvias, en lugar fuimos recibidos por el Mburuvicha comunal y un grupo de personas que trabajan en el huerto. En esa jornada fresca en comparación a días anteriores donde se superó los 40° de sensación térmica, los comunarios se preparaban para una limpieza del terreno, también cosecharon algunas sandías, que amablemente nos compartieron una dulce y jugosa porción.
“Recibimos apoyo para los sembradíos con la dotación de semillas de parte de las instituciones, además del huerto colectivo algunas familias tienen parcelas y siembran maíz y comercializan chanchos y aves”, señaló el Mburuvicha Julián Pizarro.
En épocas que no hay producción, muchos salen a buscar trabajo como jornaleros y obreros. Para formar parte de las actividades del huerto, las familias pueden ingresar o dejar el grupo cuando sea conveniente.
Wilma Chiri, responsable de producción de Laguna Seca, destacó que la participación de mujeres, quienes intercalan las tareas de agricultura y del hogar. Aseveró que que por la agudización de la sequía, se esforzaron bastante por lograr la cosecha. Este año fue la primera vez con sembradíos de sandía, este tiempo se preparan para la siembra de maíz.
El comunario Walter Chiri agregó que desde hace seis años trabajan de manera organizada en el huerto, que tiene una hectárea de extensión. “Este emprendimiento viene a sustentar para la olla familiar, es para nuestro consumo y no alcanza para vender”.
En Tembipe, Caraparí visitamos un invernadero en el huerto comunal, el joven mburuvicha Hubert Barrios manifestó que fue implementado para la producción de verduras y hortalizas, con recursos del Gobierno Regional, en el que trabajaron al menos 27 personas.
Mientras se preparaban para una reunión comunal en su sede, nos alcanzaron gentilmente, chicha y muiti (torta guaraní de maíz).
Si de resiliencia hablamos, tenemos el huerto “El Milagro” en Tahiguaty, Villa Montes, un pequeño oasis pese a la sequía de la zona, con un sistema de riego y acompañamiento técnico de ACLO y Nativa, producen sus propios alimentos. Esta temporada están en receso, debido a que se encuentran en construcción de viviendas, pero mantienen la limpieza y desmalezado. Robert Durán de 21 años se dedica con su familia a la producción en el huerto, remarca los saberes y revalorización de su cultura. “Para mí como joven es de gran utilidad, nos vamos formando en trabajo, liderazgo y recuperación de usos y costumbres”.
Mujeres productoras
Una de las experiencias productivas destacadas, es la del huerto colectivo en Timboy Tiguasu, distante a 40 minutos de la ciudad de Yacuiba, que es liderado por mujeres. Rosabel Villalba, presidenta del huerto comunal relató el inicio de los trabajos con apoyo del Cerdet y las instituciones regionales. Antes para llevar agua al terreno, lo hacían con baldes y galones desde una represa, posteriormente fueron dotados con tanques y sistema de riego. “Se sufre por el tema de agua, tenemos ayuda para recipientes, pero no es suficiente, bombeamos de la represa al tanque para almacenar en tiempos de sequía”.
Si bien producen para el consumo, el excedente no se puede comercializar debido a la gran distancia, ya que no hay un mercado cercano a la comunidad. “Sembramos cebolla, acelga, lechuga, remolacha, ahora vamos a colocar maíz choclero”. El grupo de trabajo está compuesto por 16 mujeres, también cuentan con huertos familiares, de medidas de 5 x5 metros. En la zona hay quienes producen a mayor escala en terrenos que superan las tres hectáreas.
A unos 20 minutos de Villa Montes en pie de monte, se encuentra Tarairí comunidad que se caracteriza por la producción de cítricos y hortalizas. Doña Sofía Segobia, del directorio de la Asociación de Mujeres Productoras, refiere en cuanto a los proyectos que gestionan para sus beneficiarias. “Por el momento, sembramos, yuca, poroto, maíz y cítricos, hay problemas por la sequía, las lluvias fueron muy tarde”, comentó. En sus terrenos cuentan con riego a goteo. Esperan que se concrete un proyecto desde el nivel nacional con la dotación de plantines de cítricos. En lo que respecta a terrenos, Segobia apunta a una distribución desigual. “Los guaraníes tenemos una hectárea, los criollos hasta cinco, los terrenos tienen titulación de comunidad campesina”.
La agricultura es la principal fuente de ingresos, la escasez de trabajo en ocasiones provoca que los más jóvenes migren a otros departamentos. Los programan temporales de empleo de la Alcaldía de Villa Montes y Gobierno Regional, tienen cupos limitados y solo 15 días de duración. La señora Sofía tiene una profesión como nutricionista y técnico en Enfermería, pero se dedica a la agricultura y a las actividades de su organización. “Yo apoyo a mi grupo y familia, nuestra líder es una persona mayor, con mi conocimiento ayudo en la gestión de proyectos”.
Petición de la comunidad Chimeo
En la comunidad Chimeo en el municipio de Villa Montes, algunas familias requieren del apoyo de maquinarias para la siembra, este tiempo el factor agua es limitante, la presa Caiguami- Chimeo no abastece para la zona, un gran porcentaje se destina a barrios de la zona urbana.
La presidenta de la Asociación de Regantes de Chimeo, Esther Alcoba puntualizó que se limitan al uso de tres hectáreas para riego, a partir de octubre baja el nivel de la presa y no logran cubrir para la última temporada de cosecha. “Todos los años tenemos problemas, perdemos, el caudal es de dos millones de metros cúbicos y un millón se lleva la EPSA (Entidad Prestadora de Servicios de Agua Potable) para Villa Montes”.
En el lugar permanecen al menos 180 familias, entre guaraníes y criollos. Además del problema de disminución de agua para riego, piden el mantenimiento de accesos y caminos para que se facilite el traslado de la producción a los mercados, aseguró la comunaria Mariana Villarroel.
Los modelos productivos de la cultura guaraní en el Gran Chaco, nos enseñan el trabajo mancomunado, la resiliencia, labrar la tierra es su esencia, aun mas su preservación.
Fotografías: Josefina Vásquez
Esta investigación fue realizada en el marco del Fondo de Apoyo Periodístico “Crisis climática 2023” que impulsan la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático, Comunidad en Acción y la Fundación para el Periodismo”