Las niñas, niños y adolescentes, siguen en el ojo de la tormenta por los altos índices de violencia que se registran en Bolivia. Desde la óptica de una mujer en la política, la acción de los gobernantes nacionales y locales es muy débil. “Todo es pandemia”, señala Maribel Castillo, asambleísta del MAS en Santa Cruz.
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Según datos de la Fiscalía boliviana, desde el 22 de marzo al 31 de mayo, parte del período de la cuarentena, se atendieron 2.935 casos de violencia. Estos casos se disgregan en 2.378 por delitos de violencia familiar, 153 de abuso sexual, 124 de violación, 118 de violación de niños y niñas o adolescentes, 102 a estupro y 60 por otros delitos.