“A las 10 de la noche, me encontraba echado en el suelo, a oscuras y con los ojos cerrados tratando de ignorar el dolor y dormir. De repente mis ojos se abrieron completamente y mi respiración se detuvo a causa de un ruido cercano. Era como un quejido ronco, fuerte y repetitivo. Con el corazón paralizado me quedé atento, agudicé el oído para distinguir qué era y supuse, con gran temor, que era un jaguar, puma o un tigre amazónico”.
Este es sólo un fragmento del libro El noveno pasajero (2018), escrito por Minor Vidal, quien hace seis años tuvo un accidente aéreo, en que fue el único sobreviviente. Pues el pasajero número nueve pasó 45 horas en la selva boliviana antes de ser rescatado, donde sucedió el encuentro con el felino.
En Bolivia el Jaguar está siendo amenazado, por mafias que se dedican al tráfico y la caza ilegal del felino. Esto se debe a la demanda china de colmillos de jaguar. Los ciudadanos chinos articulan redes de tráfico, según el informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF siglas para World Wildlife Fund), el comercio ilegal de fauna silvestre es el cuarto negocio ilícito que mueve un gran capital económico —entre 10 y 20 mil millones de dólares anuales―, en el mundo. Solo está por debajo de la venta de drogas, armas y del tráfico de personas.
“Sin embargo en Bolivia no podemos permitir, que vaya en acenso esta actividad, que no estaba considerada como amenaza a nuestros recursos naturales de nuestro país” expreso Gabriela Tavera, Bióloga y activista.
En febrero del presente año dos ciudadanos de origen chino, fueron enviados a la cárcel de Palmasola, tras ser encontrados con 185 colmillos de jaguar, entre otras piezas de animales silvestres. Se estima que en Bolivia se han matado 140 jaguares, y el problema más preocupante es el del Parque Nacional Madidi.
Datos de investigadores de la Felcc, entrevistas realizadas y por la documentación que incauto, los grupos pagaba por las pieles de felinos (jaguares y pumas) entre 400 y 800 dólares, dependiendo del tamaño y la calidad de la pieza. Por otro lado los colmillos de acuerdo con el tamaño y su nivel de conservación. Podían costar entre 100 dólares (3 centimetros) Y 800 dólares (12 centimetros). En países asiáticos el precio oscila entre los 5000 y 20 000 dólares.
Frente al problema Teresa Pérez Directora de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Ministerio del Medio Ambiente, tomara más tiempo para capacitar a los funcionarios del Servicios de Aeropuertos de Bolivia (SABSA) para evitar que estas piezas salgan del país vía área.
“Estamos retomando las capacitaciones constante con Sabsa y Asana y con las autoridades competentes” menciono Pérez.
En el gobierno de Evo Morales, se promulgó la Ley Marco de la Madre Tierra y el Desarrollo Integral para Vivir Bien, Ley 300 del 15 de octubre de 2012, la cual resalta un «principio precautorio» que obliga al Estado y a la ciudadanía de proteger a la fauna silvestre. A pesar de «arsenal normativo», aun varias especies nativas de Bolivia han sido objeto de tráfico y están en serio peligro de extinguirse.
En Santa Cruz de la Sierra muchos de estos animales pueden ser encontrados en el mercado Los Pozos, mientras que en Cochabamba La Pampa y La Cancha donde se realizan constantes operativos, en La Paz estas especies pueden encontrarse en venta en el mercado 16 de Julio y algunas provincias.
Proyecto de protección
El Proyecto de Conservación del Jaguar en las Tierras Bajas de Bolivia tiene como objetivo generar datos sobre la distribución, densidad poblacional, patrones de actividad, movimiento y uso de espacio del jaguar, abundancia y relación con las especies presa, interacción con otros felinos, conflicto con ganadería y gente, factores de riesgo para la especie y otra información que pueda ser aplicada en la gestión y manejo sostenible de los bosques beneficiando a la sobrevivencia de esta especie y a la naturaleza en su conjunto, así como también a la población humana en nuestro territorio.
Dado el contexto productivo de las tierras bajas de Bolivia, el proyecto se desarrolla no solo en áreas protegidas, sino también en territorios indígenas, tierras de uso forestal y de ganadería extensiva, las cuales se destacan por cubrir grandes superficies y mantener mejor conservados sus bosques y la biodiversidad. Estas grandes extensiones de áreas naturales son indispensables para la supervivencia y conservación del jaguar.
Este proyecto es una iniciativa del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado.
En Bolivia la distribución del jaguar abarca varios tipos de bosque en las tierras bajas, desde el bosque Chaqueño al sur, hasta el bosque Amazónico en el norte del país.
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