Muchos de los productos que contribuyen a la deforestación dejarán de poder importarse y venderse en la Unión Europea, según el acuerdo provisional que han alcanzado los legisladores europeos este martes por la mañana.
El texto consensuado por representantes del Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo abarca el aceite de palma, el ganado, la soja, el café, el cacao, la madera y el caucho, así como productos derivados como la carne de vacuno, muebles, chocolate, papel y determinados derivados a base de aceite de palma. A partir de que la nueva ley entre en vigor las empresas tendrán que emitir una declaración de «diligencia debida» donde quede claro que esos productos comercializados en la UE no han provocado deforestación ni degradación forestal en ninguna parte del mundo desde el 31 de diciembre de 2020.
Según la ONG WWF, el bloque es el segundo mayor importador de deforestación después de China y es responsable del 16% de la deforestación asociada al comercio internacional. «Las nuevas normas pretenden garantizar que, cuando los consumidores compren estos productos, no contribuyan a degradar aún más los ecosistemas forestales. Proteger el medio ambiente en todo el mundo, incluidos los bosques y selvas tropicales, es un objetivo común de todos los países, y la UE está dispuesta a asumir su responsabilidad», ha declarado en un comunicado Marian Jurečka, ministra checo de Medio Ambiente que ha dirigido las negociaciones del Consejo.
«No ha sido fácil, pero hemos conseguido un resultado sólido y ambicioso antes de la conferencia sobre biodiversidad COP15 de Montreal», ha declarado el ponente Christophe Hansen (PPE, Luxemburgo) en un comunicado. «Esta nueva e importante herramienta protegerá los bosques de todo el mundo y abarcará más materias primas y productos como el caucho, el papel impreso y el carbón vegetal. Además, hemos garantizado la protección efectiva de los derechos de los pueblos indígenas, nuestros primeros aliados en la lucha contra la deforestación. También conseguimos una definición firme de degradación forestal que abarcará una extensa zona de bosques», ha añadido.
El acuerdo se considera una gran victoria para el Parlamento, que ha conseguido incluir en el texto el caucho, el carbón vegetal y varios derivados del aceite de palma que no aparecían en la propuesta inicial de la Comisión Europea. Los eurodiputados también han añadido una definición más amplia de la degradación forestal, que incluye la conversión de bosques primarios o bosques de regeneración natural en plantaciones forestales o en otras tierras boscosas y la conversión de bosques primarios en bosques plantados.
Mientras tanto, se ha encargado a la Comisión Europea que evalúe en los próximos dos años si amplía el ámbito de aplicación de la legislación a otras tierras boscosas, así como a otros ecosistemas y productos básicos. También evaluará si debe incluirse a las instituciones financieras de la UE y prohibirles prestar servicios a los clientes si existe el riesgo de que estos servicios puedan conducir a la deforestación.
Greenpeace ha descrito la nueva legislación como un «gran avance para los bosques, y para las personas que los han defendido».
«No se equivoquen, esta ley hará que muchas motosierras se apaguen y hará que las empresas dejen de beneficiarse de la deforestación», ha declarado John Hyland, portavoz de Greenpeace en la UE. Pero la ONG ha criticado la inclusión de lo que ellos consideran como «lagunas jurídicas para sus industrias madereras, y la endeble protección de los derechos de los pueblos indígenas que pagan con su sangre la defensa de la naturaleza» por parte de los gobiernos de la UE. También ha lamentado que las empresas que se benefician de la deforestación puedan obtener préstamos de los bancos europeos.
WWF también ha dado la bienvenida al acuerdo con Anke Schulmeister-Oldenhove, responsable de política forestal de su oficina de política europea, que ha afirmado que «hemos hecho historia con esta primera ley mundial contra la deforestación.»
«Como gran bloque comercial, la UE no sólo cambiará las reglas del juego para el consumo dentro de sus fronteras, sino que también creará un gran incentivo para que otros países que alimentan la deforestación cambien sus políticas. La ley no es perfecta, pero incluye elementos sólidos», ha añadido Schulmeister-Oldenhove.
Sin embargo, a la ONG le hubiera gustado que se incluyeran otros ecosistemas, como las sabanas, que según ella ya están sometidas a una inmensa presión por la conversión agrícola y son importantes almacenes de carbono y refugios para animales. También considera que la definición de degradación forestal no es «suficientemente ambiciosa».
Ahora la legislación debe ser aprobada formalmente por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea.
Por Europanews
Foto: Derechos de autor AP Photo
–