Como cada 28 de enero, hoy se conmemora el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Dióxido de Carbono (CO2), una fecha creada por las Naciones Unidas (ONU) para tomar conciencia sobre el cuidado del planeta. También llamado Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, este día fue designado por la ONU como el día clave del año para tomar decisiones relacionadas con la concienciación y sensibilización a la población mundial sobre el cambio climático y los impactos ambientales que este ocasiona.
También busca impulsar el desarrollo y aplicación de políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, tales como inversiones en desarrollo de fuentes de energía renovables, cambio a combustibles más limpios, mejoras en la eficiencia de los procesos de combustión y modificar las tendencias de consumo a través de la educación ambiental.
El cambio climático es un problema global que afecta a todo el planeta, la preocupación es de todos los países, y en este contexto cabe enmarcar la firma del Protocolo de Kioto, un convenio internacional que intenta limitar globalmente las emisiones de gases de efecto invernadero.
El aumento del contenido de dióxido de carbono que se está experimentando actualmente es el componente principal del cambio climático global, por lo que debemos de dejar de lanzar CO2 a la atmósfera, así como otros gases de efecto invernadero (metano, óxidos de nitrógeno, ozono, clorofluorocarbonos) o el calentamiento de la tierra será irreversible.
Desde la ONU se promueve que los países apuesten por las energías renovables para generar electricidad, por la movilidad eléctrica como alternativa a los combustibles altamente contaminantes, por el cuidado del agua, el aire y los suelos, la defensa de la biodiversidad, el consumo responsable o la reducción de residuos, entre otras.
2020, récord de bajas emisiones
El año 2020 ha sido un ejercicio tan atípico en el ámbito de la salud mundial como en el de las emisiones de gases como el CO2. La enfermedad Covid-19 ha afectado prácticamente a todas las naciones, que han tenido que adoptar medidas extremas para proteger a la población, y cuyas consecuencias medioambientales han sido muy significativas, por lo que analizarlas puede dar pautas de superación con vistas al futuro.
Durante 2020 y a causa de la declaración de pandemia mundial por la enfermedad producida por el coronavirus, la enorme mayoría de la población mundial se confinó en sus casas, redujo su movilidad como nunca antes y las emisiones de dióxido de carbono experimentaron la mayor caída a nivel global, desde que se toman mediciones.
La atmósfera de la Tierra recibió casi 2,5 millones de toneladas métricas menos de CO2, de las que estaban previstas producir, lo que significa que la reducción alcanzó un porcentaje histórico del 7%. Desde la comunidad científica se ha advertido ya, no obstante, que podría producirse un “efecto rebote” y que tras la pandemia las emisiones podrían multiplicarse, un dato sumamente alarmante.
CIC