La organización de Jóvenes Indígenas y Afrobolivianos de Santa Cruz (JIASC) es una instancia juvenil con 6 años de vida en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, la urbe más grande de Bolivia y polo de atracción de miles de personas que llegan en busca de trabajo y, en el caso de los jóvenes, también oportunidades de acceder a la educación profesional.
La organización juvenil nació bajo el ala de la Asociación de Pueblos Indígenas y Afrobolivianos de Santa Cruz y ya destaca con diversas acciones con las que buscan la recuperación y revalorización de las culturas de los pueblos indígenas en la ciudad.
Desde el año pasado han recibido capacitación en teatro, que de acuerdo a lo que asegura Eliana Peña, joven del pueblo chiquitano con quien conversamos, les ha permitido desenvolverse mejor y plantear su realidad en la ciudad, donde aún sienten que existe discriminación hacia este sector de la población, que hay que decir que es bastante numeroso.
Eliana nos cuenta que para ellas y ellos en la organización, hay un antes y un después del taller de teatro, porque a través de este arte sienten que pueden ser la voz de sus pueblos y de alguna manera hacer incidencia respecto a sus demandas históricas en la ciudad.
Con todo ese marco, la organización presentó en estos días una obra construida colectivamente con el apoyo de Ariel Muñoz, la persona que los ha envuelto en el mundo del teatro y se ha encargado con ellos de montar la obra llamada «Kirirí», palabra en idioma guarayo que quiere decir silencio y que aprovecha el concepto indígena guaraní de saber callar para escuchar al otro.
La obra narra, a partir de la presencia de los jóvenes indígenas y afrobolivianos en la ciudad, la voluntad que ellas y ellos tienen de visibilizarse y tender puentes de diálogo con otros jóvenes y la sociedad en general. Se trata de una muestra de sus experiencias y reflexiones sobre: la migración actual, raíces culturales y su conexión con el medioambiente y el territorio.
El territorio es uno de los temas imposibles de dejar de lado para los indígenas, incluidas las y los jóvenes, a pesar de vivir en la ciudad, para ellas y ellos siempre existirá una conexión con la naturaleza de las comunidades de donde son originarios y donde nacieron sus padres y abuelos, a la cual regresan cada cierto tiempo.
Según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2012, el 48% de la población boliviana que se declara indígena vive en centros urbanos, donde, por lo general, habitan zonas periféricas y se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad, pobreza, exclusión y limitada participación.
En el caso de Santa Cruz de la Sierra, algunos de los pueblos indígenas de tierras bajas que habitan en la urbe son los guaraníes, chiquitanos, mojeños y ayoreos, entre otros. Incluso existen comunidades indígenas completas al interior de la ciudad.
La obra teatral Kirirí se estrenó el martes 7 de noviembre en el centro cultural de la Villa 1 de mayo, una de las zonas más populosas de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Escuche la entrevista completa con Eliana Peña y Ariel Muñoz.