Aproximadamente a 400 km de Santa Cruz de la Sierra se encuentra el municipio indígena de San Antonio de Lomerío. Un territorio en el que habita la nación Monkoxi conservando su cultura nativa. Por ejemplo, se habla el idioma bésiro con total fluidez, mientras en otros territorios de la Chiquitania esta lengua ha perdido práctica.
En este espacio limitado en muchos ámbitos, como el de la salud, se produjeron decenas de muertes durante la primera ola del coronavirus en Bolivia. En medio del temor, don Mariano Choré, decidió proponer al Comité de Emergencia Municipal (COEM) el uso del kutuki, una planta medicinal ancestral, para hacer frente a los síntomas que provoca el Covid-19.
Tradicionalmente el kutuki se había utilizado para combatir resfríos y enfermedades respiratorias en el territorio, sin embargo, poco a poco se estaba perdiendo su uso, como reconoce don Ignacio Chuvé, otro de los productores de kutuki en Lomerío.
Si bien esta medicina tradicional lleva el nombre de kutuki, es un brebaje que no se prepara solo con este arbusto, sino que utiliza otros ingredientes que se encuentran en el territorio, como la corteza del copaibo (un árbol cuyo aceite tiene muchas propiedades medicinales), o el matico (una planta del género piper que tiene variedades que también tienen uso medicinal), otro ingrediente que se utiliza es llamado sepemanca (una planta que se utiliza hasta para “tomar té”, aseguran) también puede incluir limón, miel o alcohol, con el fin de darle un mejor sabor.
El preparado del brebaje tiene diferentes variantes, pero el común denominador es el uso del kutuki, así lo explica don Mariano. Mientras Mariano Choré hierbe la planta del kutuki, don Ignacio Chuvé, prefiere macerarla, escuchemos su método.
Más allá de los métodos de preparación, el kutuki dio bueno resultados en el territorio, de hecho, luego de la primera ola no hubo fallecidos, asegura el profesor Ángel Sumamí, alcalde de Lomerío que manifiesta su plena confianza en esta medicina propia de la cultura Monkoxi. Confianza a la que se suma un porcentaje de vacunación contra el Covid-19 cercano al 85%, un promedio superior al de la mayor parte del país.
Con tan buenas referencias en Lomerío, el kutuki pronto se conoció fuera del territorio y llegó a otros municipios que incluso aún solicitan el envío de la medicina, que se vende a 50 bs el litro. Al respecto nos da algunos detalles, Juan Parapaino, que produce la medicina junto a don Ignacio Chuvé.
En Lomerío durante los momentos de restricción más duros en la pandemia se acompañó el control del territorio con el uso de la medicina tradicional, siendo los resultados muy positivos. La gestión adecuada del territorio incluye también el poder hacer un uso responsable de aquellas zonas donde existen recursos importantes, como las plantas medicinales, afirma Mariano Choré
Indudablemente ligado a la cultura Monkoxi, el kutuki en realidad tiene otro nombre en el idioma bésiro y don Mariano no quiere que se pierda, por más difícil que sea pronunciarlo para quienes no tienen como lengua materna el idioma de su pueblo.
Para Mariano Choré el desafío actual pasa por lograr una producción de la medicina con todos los registros necesarios para su comercialización legal fuera del territorio.
Según nos aseguró el alcalde Ángel Sumamí, el kutuki será declarado patrimonio natural del municipio.
Enclavado una zona de transición entre el bosque tropical lluvioso de la Amazonía y el Gran Chaco, Lomerío se mantiene tranquilo ante la quinta ola del coronavirus que se ha declarado en Bolivia, porque internamente ha fortalecido la gestión del territorio y recuperado el uso de sus conocimientos ancestrales, para lograr un equilibrio con las medidas preventivas que llegan desde fuera.
Escuche el reporte especial sobre el kutuki
Escuche la mesa de diálogo con autoridades municipales y orgánicas lograda con la radio viajera.